He llegado a ello a través del blog de Julián Gallo, un profesor bonaerense. Su tribuna se llama Mirá!, y no hay lugar en internet que me haga ni tantas ni tan interesantes propuestas. En la última, del 15 de agosto, habla de Zap Reader, un programa accesible en la red que permite leer los textos que se deseen a una velocidad de vértigo sin sacrificar la comprensión. Yo lo he probado y es cierto: se pueden leer 600 palabras en dos minutos (la velocidad la gradúa quien usa el programa) pero, como las palabras aparecen de una en una, y permanecen a la vista el mismo tiempo independientemente de sus sílabas, la impresión que produce es curiosa. Da la sensación de que nos las leyera un robot, con esa-forma-de-hablar-que-los-humanos-atribuimos-a-los-robots. El invento da su resultado, pero no permite los ritmos distintos, yo casi diría que no tolera los acentos, el deje con que cada uno leemos.
Yo animo a todo el mundo a que lo pruebe. Es mi colaboración a su difusión.
1 comentario:
Es como subirse a una montaña rusa. Me preguntó que sucederá si lo usamos para leer lo que pasa en el interior de una vagoneta de montaña rusa...
Publicar un comentario