La semana pasada la Real Academia de la Lengua Vasca celebró una de sus reuniones y sucedió algo insólito: era la primera vez en que, concurriendo un solo candidato a una plaza, era rechazado. Al presidente, Andrés Urrutia, no le gusta nada de nada, pero nada, que los medios de comunicación informen sobre la institución más allá de aquello que divulga el gabinete de prensa. Es más, da la sensación de que el objetivo de la creación del gabinete no es facilitar a la institución las relaciones con los medios o a los periodistas el acceso a la información sobre la institución, sino que se publique solamente aquello que él cree que se debe publicar.
A Urrutia no le gustó la información que yo publiqué el sábado pasado. Esta semana le he solicitado una entrevista para analizar las causas del rechazo a uno de los candidatos, y tras alguna larga del tipo "Tengo mucho trabajo", ha concluido por dejar ver la patita por detrás de la jefa de prensa de la institución:
-Andrés Urrutia no quiere hablar contigo.
-Ah, Andrés Urrutia no quiere hablar con El Correo.
De ahí a diez minutos, Urrutia hace que la jefa de prensa vuelva a llamar:
-Andrés Urrutia no quiere hablar contigo.
Andrés Urrutia cree que el presidente de Euskaltzaindia puede decidir qué redactor de un medio cubre la información sobre la institución. Andrés Urrutia cree que puede imponer la línea editorial de un medio de comunicación. Andrés Urrutia cree que es potestad suya decidir qué académicos de la casa hablan con un medio y quiénes no y en qué términos. Andrés Urrutia se cree que puede dirigir no uno, sino todos los medios de comunicación. Andrés Urrutia se cree que es el propietario de la información sobre la institución. Andrés Urrutia es un tipo de esos que en cualquier sociedad democrática causa graves preocupaciones.
A mí me preocupa que la Academia esté presidida por un tipo como Andrés Urrutia que se cree que si él no habla, la información no se publicará. Andrés Urrutia dice: "Como yo no voy a la fiesta, no la puedes celebrar". Pero la fiesta la haremos sin Andrés Urrutia.
A Urrutia no le gustó la información que yo publiqué el sábado pasado. Esta semana le he solicitado una entrevista para analizar las causas del rechazo a uno de los candidatos, y tras alguna larga del tipo "Tengo mucho trabajo", ha concluido por dejar ver la patita por detrás de la jefa de prensa de la institución:
-Andrés Urrutia no quiere hablar contigo.
-Ah, Andrés Urrutia no quiere hablar con El Correo.
De ahí a diez minutos, Urrutia hace que la jefa de prensa vuelva a llamar:
-Andrés Urrutia no quiere hablar contigo.
Andrés Urrutia cree que el presidente de Euskaltzaindia puede decidir qué redactor de un medio cubre la información sobre la institución. Andrés Urrutia cree que puede imponer la línea editorial de un medio de comunicación. Andrés Urrutia cree que es potestad suya decidir qué académicos de la casa hablan con un medio y quiénes no y en qué términos. Andrés Urrutia se cree que puede dirigir no uno, sino todos los medios de comunicación. Andrés Urrutia se cree que es el propietario de la información sobre la institución. Andrés Urrutia es un tipo de esos que en cualquier sociedad democrática causa graves preocupaciones.
A mí me preocupa que la Academia esté presidida por un tipo como Andrés Urrutia que se cree que si él no habla, la información no se publicará. Andrés Urrutia dice: "Como yo no voy a la fiesta, no la puedes celebrar". Pero la fiesta la haremos sin Andrés Urrutia.