jueves, septiembre 28, 2006

La esposa del etarra


El titular que recoge hoy El Correo dice:

Arturo Cubillas está acusado de tres asesinatos en los 80 y trabaja en el Ministerio de Agricultura venezolano

La esposa se llama Goizeder Odriozola.
Y surgen unas cuantas preguntas:
¿Será buena en su profesión Odriozola? Si lo es, y si es inocente de todo, ¿puede llegar a ser la jefa del Gabinete o su matrimonio con el etarra es inconveniente para ocupar el puesto? ¿Es culpable de los asesinatos de su marido? ¿Es culpable de estar casada con un etarra?
Si la respuesta a las dos primeras preguntas fuera afirmativa, ¿tendría objeto un titular como ése?
Si me dieran a elegir entre dudas y certezas, me quedaría con las primeras.

Primero, un ser humano


"En ellas [en las guerras], te das cuenta de que la vida es muy frágil y que hay que proteger a los civiles". Ron Haviv, el reportero gráfico ganador del World Press Photo, ha visitado Bilbao esta semana para impartir un curso de lo que sabe a jóvenes reporteros. Y ante la dicotomía de qué hacer, sacar una foto o ayudar a alguien en apuros, lo tiene claro: "Primero soy un ser humano, luego un fotógrafo".
La foto lleva su firma y la he sacado de aquí.

martes, septiembre 26, 2006

175.131

175.131 son los maltratadores que constan en el Registro desde que se abrió hace dos años y medio. La información la firma Charo Nogueira en El País del domingo.
Vamos a ver algunos de los datos que aporta:
"Nueve de cada diez denunciados son hombres. La mayoría de los denunciados inscritos por violencia familiar son hombres (90,2%). De cada cuatro maltratadores, tres son españoles y uno extranjero. Entre las mujeres (9,8% de los inscritos), las españolas son casi ocho de cada diez registradas. En cambio, en el caso de las víctimas se invierten las proporciones: de las 203.015 inscritas, el 86% son mujeres. De ellas, una de cada cuatro es extranjera".
¿Se deberían dar a conocer públicamente los nombres de los maltratadores cuando ha habido sentencia condenatoria o de alejamiento? ¿Qué sucedería si un organismo actualizara esos datos y los diera a conocer periódicamente? ¿Cuál sería la percepción social y la situación de los maltratadores?

Gracias Ander.

lunes, septiembre 25, 2006

Más cotillas

Hace unos meses dedicaba un comentario a una página auspiciada por el Ministerio que debía servir para que los estudiantes indecisos se decidieran por cursar los estudios de periodismo. Allí se decía que era necesario ser cotilla para ser periodista. En fin, lo que hay que oír.
Hoy nos hemos desayunado con algo parecido en la columna que Monserrat Lluis firma como responsable de Enlace en El Correo.
Os copio los dos primeros párrafos por su inestimable interés y aportación a lo que es y debe ser esta profesión. Ejem, he de aclararme la voz:

"A los periodistas, para los que ser cotillas no es un defecto sino una condición, nos suele gustar estar en todas las salsas. Pero, además, a nuestras informaciones les pasa también como a la reina de las salsas, la mayonesa: que, o se consumen rápido, o se echan a perder. La diferencia es que aquí la culpable no es la salmonela, sino la actualidad, que avanza a la velocidad de las bacterias y da la gloria de la primicia al primero que la atrapa. No dejes para mañana lo que puedas publicar hoy: en menos que canta un gallo y su señora pone el susodicho huevo de la salmonelosis, se te adelanta la competencia o llega otra noticia que desinfla a la anterior".

Podéis leer el artículo completo aquí.

viernes, septiembre 22, 2006

57


Tampoco sabemos cómo se llamaba. Era la ocupante de la habitación 105 de la pensión Mateos, en el 49 de la calle San Vicente, Alicante. Tenía 42 años y era española. Compartía habitación con un joven -el que la mató-. Fue ayer a eso de las 8 de la tarde: primero se oyeron los gritos; después, sonó un disparo, y un golpe seco. Él se dió a la fuga, escaleras abajo. Tropezó con una de las empleadas y le pidió que llamara a una ambulancia, que "su chica" había sufrido un accidente, una caída. Cuando llegó el equipo médico, ella ya había muerto. Él había disparado a "su chica" en la cabeza. Vamos, lo normal tratándose de amor.

lunes, septiembre 18, 2006

Hace 57 años...

Mamarrachadas, según Domínguez


Íñigo Domínguez es el corresponsal de El Correo en Roma. Es un periodista de una pieza, con una mirada pausada y curiosa capaz de mostrar un universo extraordinariamente interesante. Es aparentemente tímido, y muy guapo. Yo ya sé que la belleza no es considerada un atributo intelectual: hay mucha gente confundida por el mundo. A determinadas edades la belleza es consecuencia de lo que se es, de lo que se ha sido, de lo que se busca, de las ideas que nos golpean el interior del cráneo como bolas de billar...
Pero... Íñigo publicaba ayer una crónica de Venecia y de cómo transcurre la promoción de las películas. Una parte importante tiene que ver con las entrevistas a los artistas. No tiene desperdicio. Podéis leerla aquí.

jueves, septiembre 14, 2006

Bienvenido, otoño, has llegado para quedarte


Hoy ha llovido con ganas todo el día. El cielo estaba cerrado, con ese color pluma de pavo, tan bilbaíno. Ha llegado el otoño.

Refranes entre sábanas


Hay un personaje bilbaíno al que no conozco, pero del que me han hablado, que sostiene que los refranes mejoran considerablemente haciéndoles un pequeño apaño. La fórmula consiste en añadir a la primera parte “entre las sábanas” y a la segunda “entre las piernas”. Veámoslo en los ejemplos:
No por mucho madrugar entre las sábanas, amanece más temprano entre las piernas
A caballo regalado entre las sábanas, no le mires el diente entre las piernas
A quien madruga entre las sábanas, Dios le ayuda entre las piernas
A buen hambre entre las sábanas, no hay pan duro entre las piernas
No te acostarás entre las sábanas sin saber una cosa más entre las piernas
Año de nieves entre las sábanas, año de bienes entre las piernas
¿Quién da más? Hagan juego...

martes, septiembre 12, 2006

Corte publicitario

Podéis leer dos nuevas entrevistas de la sección 'Entre mujeres', que retomamos el 3 de septiembre después del descanso vacacional. La primera es a Rosa Cervera, trompetista, y la siguiente a Maivi Morrás, arquitecta pragmática.

No es plagio: me copian por adelantado


Lo publica hoy El Correo: Un psicólogo acusa a Lucía Etxebarria de haberle plagiado en 'Ya no sufro por amor'.
Párrafos enteros. Tanto ella como la editorial lo han aceptado porque en la sexta edición se hace una corrección en el sentido de que los textos son del psicólogo y los ejemplos caseros de ella. Hay que joderse, con perdón. No es la primera vez que está escritorzuela es pillada en plagio. Antes se vieron dudosísimas coincidencias entre sus poemas y la obra de Antonio Colinas. La noticia de El Correo aprovecha para dar un repaso a casos anteriores: Cela plagia a Formoso, Ana Rosa Quintana a Mastretta, Bucay a Cavallé, Racionero a Villagrasa y Maestra... Ansón se plagia a sí mismo en el discurso de las misses...
El problema de los plagiadores es que aquello que ellos crean ha sido publicado antes por un desaprensivo que se les adelanta no solamente en las ideas sino en las palabras elegidas para ello.
Hubo un año que suspendí en septiembre a 20 estudiantes porque habían plagiado los textos que me entregaron. Ese delito está prestigiado en nuestro país. Se considera de listos y la mueca burlona que inevitablemente se genera al conocer la noticia no va dirigida a quien incurre en la falta sino a quien no ha sido capaz de detectarla.
En la universidad española también se han dado casos muy conocidos. A Fraga le acusaron de plagio y lo probaron. Un compañero de mi Departamento en la UPV, Javier Díaz Noci, demostró con pelos y señales cómo Nati Abril, del departamento de Periodismo vecino, había copiado párrafos enteritos de uno de sus libros. Abril recibió un premio Emakunde por su obra; a Díaz Noci nadie le resarció.
El dibujo es de ctv.es.

viernes, septiembre 08, 2006

Alardes


Hoy está previsto que Fuenterrabía celebre dos alardes: el mixto de la compañía Jaizkibel y el tradicional con 4.500 hombres y un puñado de cantineras. El alcalde y los concejales se han callado como si estuvieran muertos. Son muy demócratas ellos, pero para las cosas de fuera, no sea que en casa pierdan votos. Es como para cogerles tirria.
La ilustración va firmada y mi psiquiatra me ha dicho que si el cuerpo me pide ponerla, que la ponga, que no me corte, que es muy malo para la salud, y que a mis 47 años me he ganado ya el derecho a colocar en mi blog las ilustraciones que me de la gana. Toda esta coba me la da porque le pago.

jueves, septiembre 07, 2006

¿Hombre?

El de la foto se llama Ignacio Bilbao y es etarra. Esta mañana le juzgaban por sus delitos y se ha enzarzado en una bronca que ha dejado impresionados a los periodistas, gente de suyo difícil de impresionar.
Entre las lindezas que le ha soltado al juez me ha llamado la atención que le dijera: "Ven aquí si eres hombre". Ha sido más que llamarme la atención, cuando lo he oído en la SER me ha provocado una carcajada. Es una forma de expresión tan obsoleta, tan ajada, tan de otra época. Y es tan delatora de lo que corre por el cerebro de ese matón.
La foto la he sacado de El Correo.

miércoles, septiembre 06, 2006

Vuestras visitas


El contador de visitas me dice que hoy, un mes después de haberlo instalado, se producirá la visita 2000.
Gracias por venir y repetir.

Esta información me da:

Medir desde ...
6 agosto 2006

Número total de visualizaciones de página hasta el momento
1999

Día de mayor actividad hasta el momento
11 agosto 2006

Visualizaciones de página
120

Visualizaciones de página de hoy
41

Visualizaciones de página de ayer
110

Pronósticos para hoy
En promedio, un 40 por ciento de las visitas diarias se realiza antes de las 13:21. Sobre la base del número de visitantes de 41 de hoy hasta el momento, el número total de visualizaciones de página de hoy puede ascender a 100 (+/- 1).

56

Su nombre empezaba por K. N. Era marroquí, tenía 35 años y vivía en Roquetas de Mar, Almería. Cuando ayer la Policía local encontró su cuerpo, llevaba varios días muerta. El marido está en paradero desconocido. Dentro de nada estará en la cárcel, o en su país mirando a las mujeres para casarse de nuevo.
Es abrumador.

Un zarzal

Era invierno. Y quizá viernes por la noche. Bajaba con mi hermana por una calle paralela a la salida de Bilbao por San Mamés. Habíamos estado cenando en un local cercano, en un restaurante indio, y paseábamos contentas, dando un repaso al menú y sus bondades.
Desde uno de los portales, nos chistó una señora de unos cincuenta y tantos. Vestía camiseta deportiva y pantalones. Estaba descalza y con el pie derecho sujetaba la puerta para que no se le cerrara, mientras sacaba todo el cuerpo por el quicio. Estaba despeinada y ajada, como si hiciera muchos años ya que aparcó la coquetería en una esquina. Fumaba tabaco negro.
-¿Tenéis móvil?
Las dos tenemos teléfono y, a esa hora, en esas circunstancias, el cerebro centrifuga las ideas a velocidad de vértigo. ¿Le presto atención o sigo mi camino? Decidimos ayudar.
-Sí. ¿Necesita algo?
-Mi marido me está maltratando, he salido de casa para evitar males mayores porque mi hijo se le estaba enfrentando. ¿Podéis llamar a la policía?
Lo hicimos. En el 112 me devolvieron la llamada para hacer sus comprobaciones y preguntaron si necesitaba asistencia médica. No parecía: estaba nerviosa, pero hilvanaba bien el discurso.
Nos pidió que entráramos con ella en el portal para no dar el cante con los vecinos. El hijo –un joven de unos 19 años, alto, también descalzo- estaba sentado en las escaleras.
Esperamos unos minutos, tampoco muchos, y llegaron tres números de la Ertzaintza, todos de paisano. Al mando iba una mujer y era negra, o mulata. Poco después llegó la dotación ya identificada.
No recuerdo muy bien los detalles pero me llamó la atención la fría actitud de los tres policías. Es más, parecían no creerse nada. Creo que llegaron a decir que no podían ni siquiera detener al marido. Le preguntaron a ella si quería que la llevaran al hospital y ya nos fuimos. Estaba todo encauzado, nada teníamos que hacer allí. Tardamos minutos en volver a decir una palabra mientras seguíamos nuestro paseo por Bilbao.
Unos días después me llamó ella. Había estado toda la noche vagando a la deriva por Bilbao con su hijo, hasta que al amanecer cogieron el primer tren para una casa que tienen en un pueblo de la costa. No podían volver a casa porque en ella estaba el marido. Se había separado unos años antes, y cuando el hijo quiso estudiar una carrera en otra provincia, se dio cuenta de que no le salían los números. Volvió a convivir con el maltratador porque de esa forma se producía un ahorro y el chaval podía aprender la carrera que quería. Se sacrificó por su hijo.
Unas semanas después me citaron en un juzgado para ir a declarar. Me irritó la actitud del juez, empeñado en tergiversar y sembrar dudas sobre lo que yo había visto. Parecía no tener tiempo para nada, de modo que interpretaba constantemente lo que yo decía y se lo dictaba a su asistente, en lugar de peguntar más hasta saber y poder dictar cosas ciertas. Hubo un momento en que tuve que mirarle, y decirle que yo no iba a firmar un papel que recogiera inexactitudes. Esto sucedía pocos días antes de que entraran en funcionamiento los juzgados de familia.
El juicio aún no ha salido o no me han llamado.
Mal sabor de boca. Me quedó la idea de que en todo el proceso de asistencia a mujeres maltratadas no se vierte ni una gota del afecto que probablemente necesitan, que la salida del infierno es un zarzal.

martes, septiembre 05, 2006

55


Sabemos que tenía 60 años, o quizá 76, que era de Granada, que el marido tenía 74 años, que la mató a puñaladas, que intentó después suicidarse y falló (ahí te vi, Ander).
Que todo transcurrió en el 18 de la calle Bailén, del barrio el Zaidín (dos homicidios en una semana), a las 9:50, que el teléfono de avisos es el 061. Que acudieron dos ambulancias y trasladaron a la víctima al hospital Ruiz de Alda, que llegó con parada cardiorrespiratoria, que los intentos de los médicos duraron hasta las 10:45. Que el asesino ingresó en el Hospital Universitario San Cecilio. Sabemos que él se llama Rafael S., que sufría depresión, que le habían operado de una hernia, que tenía mal el corazón. Que vivían en el barrio desde hace 48 años, tras residir durante 13 en Francia, que no tenían hijos y que él llamó a su hermano después del festín de navajazos. Sabemos mucho. Pero, ¿quién era ella?
Es la 55 de lo que va de año.

lunes, septiembre 04, 2006

54


Se llamaba Lourdes, no se sabe cuántos años tenía. Apareció en su cama, asesinada de un tiro por su marido, que yacía también muerto a su lado. Tenía tres hijos y quería trabajar y separarse. Él no le dejaba, ni trabajar ni separarse. El viernes, cuando la asesino a sangre fría y con premediatación -había mandado a sus hijos a hacer un recado para que no vieran nada hasta que estuviera consumado-, ella iba a pasar su primer día de trabajo en un colegio. No llegó.
El relato de los hechos concluye que la policía está investigando si él sufría algún transtorno mental. Quizá lo único que le pasaba es que era un maltratador.

viernes, septiembre 01, 2006

La bekoratza fosilizada


El Ararteko, Iñigo Lamarca, ha instado al Ayuntamiento de Fuenterrabía a que el próximo 8 de septiembre no haga el gamba y ponga los medios para que el alarde se desarrolle constitucionalmente, esto es, que puedan participar en él, en condiciones iguales, las compañías mixtas.
Este tema del alarde ya lo tratamos antes, cuando lo de Irún. Son años de cansancio, de exigir en la fiesta derechos iguales para mujeres y hombres, es el aldeanismo petrificado por el paso de los años, es la bekoratza fosilizada. Es agotador.
La foto es de la Fundación, donde, por cierto, hay un email al que se pueden mandar todo tipo de adhesiones y desapegos.

53


Se llamaba María Mercedes G. P., tenía 35 años y vivía en Caldes de Malavella, Gerona. Su madre denunció su desaparición el 5 de agosto. Ayer unos montañeros que paseaban por el bosque de Cruilles encontraron su cuerpo en descomposición envuelto en plásticos. Los Mossos han detenido a su esposo, J. G. H. de 34 años.
La denuncia por la desaparición de María Mercedes no la puso su esposo, sino su madre.

El cuadro es de A. Alba S.

 
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