Solamente en dos ocasiones me ha sucedido que, al preguntar en una entrevista por el año de nacimiento, se han negado a darme la fecha. Ambas eran mujeres de entre cincuenta y sesenta y tantos. La primera fue Maite Erro, defensora para la igualdad entre hombres y mujeres de la Comunidad Autónoma Vasca. Como argumento esgrimió que ese dato no se lo pediríamos a un hombre: Lo negué, le dije que era habitual dar esa información en las entrevistas. Intentó convencerme de que lo importante no era la edad sino el currículo que respaldaba a las personas, pero acabó dándomelo. A regañadientes.
Hoy me ha sucedido de nuevo. Esther Domínguez es decana de la Facultad de Ciencias de la UPV. Se ha negado. Cuando le he preguntado cuántos sexenios tiene (5), me ha dicho que de ahí se podía extraer su edad. Sí, y seguramente de muchos otros lugares.
No entiendo ese interés en no decir la edad, esa coquetería mal entendida. Somos lo que somos gracias a los años que llevamos labrándonos a nosotros mismos. Además, el secreto con la edad o el falseamiento del dato es una obsesión de algunas mujeres, que muy pocos, poquísimos hombres comparten.
8 comentarios:
Mmmh, sexenio. Es una de mis palabras ambiguas favoritas. Siempre soñé con vivir el Sexenio Revolucionario, debió de ser la leche.
Tampoco está mal sexagenario. Y de ahí casi sale sólo "sexagerado". Para los caperucitos que inflan el número de lobos: sexagerado, que eres un sexagerado.
Ander (a punto de cumplir los veintionce).
La pregunta era cuántos sexenios de investigación le han reconocido. Esto es, cuántos periodos de seis años ha investigado con aprovechamiento en opinión de un tribunal.
Ander siempre pensando en lo único...
Y estoy de acuerdo contigo, Lucía: es coquetería. ¿Quizá esa sea una de las diferencias entre hombre y mujer, la coquetería?
Yo tengo una tía de la que prácticamente ningún familiar sabe su edad. Lo fuerte es que cuando me la dijo, ¡yo le echaba más! Es que es contraproducente porque piensas, "si no lo dice será porque es muy mayor".
A mí lo que me da rabia es que luego se generaliza. Mi jefe, cuando le conté lo de la decana, me dijo algo así como "tanta paridad pero mira las chorradas que hay que aguantar". Aún así, es cierto que es propio de mujeres y no de hombres. Aunque ahora que los hombres se están permitiendo preocuparse por su estética, igual empiezan a desarrollar una coquetería similar.
En mi familia pasó algo parecido. Fue cuando mi abuela (q.e.p.d) falleció. Al solicitar la partida de defunción nos enteramos de que había estado quitándose toda la vida 3 años. Resulta que tenía tres años más que su marido y le había estado diciendo siempre que eran quintos.
J.Z. (veintitodos)
Me sé de una profesora que cuando estaba a punto de los 62 nos dijo que se jubilaba. Sí que es previsora, pensamos. ¡Hasta los 65! Que va. Había mentido y tenía tres años más. Pero había mentido en papeles oficiales.
De todas formas, yo creo que es una fase entre los cuarenta y los sesenta. Porque luego están las ancianitas que dicen su edad a la mínima de cambio llenas de orgullo (y con razón).
Me ha pasado muchas veces, y he de decir que casi siempre con mujeres. Y todavía estoy preguntándome por qué. No puedo creer que sea sólo coquetería, porque de ser así tendría que ser algo común también entre los hombres.
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