sábado, agosto 09, 2008

Pero bueno, vamos a ver...

Isabel Fernández es judoka y humilde, muy humilde. El jueves, víspera de los Juegos, se inauguraba un centro español en China. Allí acudió la delegación española en pleno, todos los deportistas, los príncipes de Asturias y los enviados especiales.


Los micrófonos (digo micrófonos porque no me resigno a que tal estupidez la cometiera un humano) de Radio Nacional de España preguntaban y ella con una modestia enternecedora: "Quería hacerme una foto con la princesa Letizia, pero no ha habido ocasión".


-Ah -dice el micrófono-, ¿con quién más quieres hacerte una foto?


-Con Gasol y con Nadal, me encantaría.



El micrófono de RNE trató a Isabel Fernández como a una aficionada mitómana, loca por sacarse unas fotos para enseñárselas a sus amigas del colegio.


Isabel Fernández compite por cuarta vez en unas Olimpiadas: en Atlanta 96 se llevó el bronce; en Sidney 2000, el oro; en Atenas consiguió un diploma y fue la abanderada española; y en éstas de Pekín espera despedirse con una medalla colgada del cuello.


Ni Letizia Ortiz Rocassolano, ni Paul Gasol, ni Rafa Nadal (con quienes ella quería fotografiarse) eran nadie cuando Isabel Fernández ya ganaba en los tatamis olímpicos.


Es obligación de los periodistas que acuden como enviados especiales a estos grandes acontecimientos informarse sobre lo sucedido antes de que ellos llegaran al mundo. Tal indocumentación es un insulto a la inteligencia.

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