viernes, octubre 26, 2007

...otra de xenofobia

El joven argentino, de apenas 17 años, que viajaba en el vagón de tren en el que un xenófobo muy español agredió a una muchacha de origen ecuatoriano ha pedido protección porque sus vecinos, muy españoles también, le tiran piedras y le acusan de cobarde por no haber salido en defensa de la niña agredida.

Qué bonito es el mundo.


1 comentario:

June Fernández dijo...

Esperanza Agirre ha calificado como propia del nazismo la actitud del pasajero. Me repugna cómo la opinión pública y, más aún, la presidenta de una comunidad autónoma se cree con el derecho de juzgar desde su pedestal una reacción humana en una situación límite. No somos héroes ni heroínas. El miedo a ser agredidos puede paralizarnos, y eso es algo humano. Por cierto, mirad lo que le pasó a un chico que reaccionó interviniendo en una agresión machista. Un hombre más cercano a mí también terminó en el hospital.

Además, me parece repugnante eclipsar una agresión machista y racista dedicándole la misma o más atención a la actitud del argentino. Qué casualidad, por cierto. Eclipsamos la conducta agresiva de un autóctono arremetiendo contra un inmigrante.

Creo que el suceso tendría que animarnos a reflexionar sobre cuál es la manera más adecuada de intervenir en una agresión, y probablemente acordemos que la reacción del pasajero no fue la más adecuada. Pero de ahí a permitirnos condenar a una persona de la que no sabemos nada y que tal vez se torture el resto de su vida por su reacción no me parece justo.

 
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