jueves, abril 26, 2007

Las preguntas incómodas


Ahora que vienen las elecciones, ahora que se propondrán entrevistas a los dirigentes de los partidos, ahora que las teles públicas dejarán el resto en debates y debates sobre los debates, se me ha ocurrido, inocentemente, una idea.


La personalidad del entrevistado se deja ver con mayor nitidez, y plenitud, cuando el periodista se pone insidioso. Es más, si yo tuviera un cargo de responsabilidad en una institución, preferiría las entrevistas solicitadas por los periodistas más díscolos antes que las de los sumisos y acomodaticios. Si yo fuera el lehendakari, preferiría ser entrevistado por un buen periodista antes que por uno del régimen.

8 comentarios:

eVa dijo...

¿Por qué ahora, Lucía?

Nahum dijo...

"Es más, si yo tuviera un cargo de responsabilidad en una institución, preferiría las entrevistas solicitadas por los periodistas más díscolos antes que las de los sumisos y acomodaticios".

¡Lucía, lendakari, Lucía, lendakari...!

Anónimo dijo...

Si tú fueses lehendakari preferirias el sumismo, que te va a dar menos problemas....jajaja

Saludos

José Manuel Padilla dijo...

Los políticos son todos iguales, en el poco tiempo que llevo en el oficio querida ex profesora, he comprobado que con tal de "asentarse en el poder" hacen cualquier cosa y que prefieren a periodistas cómodos, que les coman la oreja antes que a puntillosos...También el periodista no tiene por qué ser incómodo si hace su trabajo de forma correcta, en el sentido de la "crítica contructiva" no criticar por criticar como hacen en algunos medios públicos, por ejemplo Telemadrid con el Ejecutivo central.

Anónimo dijo...

Está claro que quieren estar apoltronados en el poder de la manera más cómoda posible, pero yo estoy con Lucía: aunque sólo sea por una cuestión de vanidad, por alimentar mi ego saliendo bien parada de preguntas incómodas, preferiría a los díscolos. Quien nada arriesga nada gana (o algo así)

Anónimo dijo...

¿Quién es ese que se hace llamar Mi rinconcito?

Anónimo dijo...

He leído algunas entrevistas en las que el periodista es mucho más forofo de la causa que el entrevistado, y eso que sí que ya es rizar el rizo. Recuerdo una de hace muchos años que era hasta patética. Un líder sandinista había venido a Euskadi poco después de perder las elecciones y tener que dejar el Gobierno de Nicaragua. El político era un tipo sensato, bastante autocrítico, que hablaba de errores cometidos y decía que no se podía culpar al pueblo por una decisión 'equivocada', sino que ellos tendrían que cambiar sus programas y adaptarlos a la nueva realidad. El periodista no podía creer lo que estaba oyendo, e insistía en que el pueblo era desagradecido, que había dado la espalda al partido que le había devuelto la dignidad, etc. Y en un momento dato, le preguntó (?): "Vale, ha sido un paso atrás, pero eso no es más que una táctica para tomar impulso y avanzar mucho más". ¿Qué pensaría el entrevistado? ¿No habría preferido un entrevistador menos entusiasta con la causa?

Anónimo dijo...

Pues sí, completamente de acuerdo con CCG. Yo creo que los buenos periodistas tienen que hacer de abogados del diablo siempre. Por más que comulguemos con las ideas del entrevistado o le admiremos, si no metemos caña difícilmente le sacaremos algo interesante.

 
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