domingo, abril 22, 2007

«De mi trabajo no me gusta que no tengo días libres»







Entre mujeres
Esther Carasa/Ama de casa
«De mi trabajo no me gusta que no tengo días libres»

Se llama Esther Carasa y su profesión es la de madre y esposa. Es ama de casa.
-¿Cómo fue lo de ser ama de casa?
-Venía del Sur, de vivir allí. Trabajé unos meses en una empresa en Vitoria, pero no funcionó. Y nos trasladamos aquí, a Getxo, cuando Asier tenía once días. Nueva casa, nuevo pueblo, con un bebé... Me dije: '¿Para qué voy a trabajar si con el sueldo de mi marido nos da para vivir bien?'. Y preferí criar a mis hijos.
-¿A qué se dedica su marido?
-Vende hierro.
-¿Con el sueldo les da porque usted se hace sus apañitos?
-No, nos da bien. No es que despilfarre como una loca... Además, los niños van a un colegio público. Gastamos en comedor.
-O sea, que no necesitaba trabajar.
-No, y prefería cuidar a mis hijos.
-¿Por qué?
-Para estar cerca de ellos, porque estuvieran con su madre. Yo sé lo que es estar con tu madre, y que te mime. Sé lo que es no perderme el crecimiento de mis hijos.
-¿Las madres que trabajan fuera de casa se lo pierden?
-Sí, se pierden mucho, bastante. Llegan a las ocho o nueve de la noche y tienen el tiempo justo para darles de cenar y mandarlos a la cama. No los disfrutan como yo. Y cuando los niños están de vacaciones... ¡Jo, ya me gustaría trabajar fuera de casa y no aguantarlos todo el día!
Sigue aquí.
La foto es de Ignacio Pérez.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho, como siempre. Aún así, no puedo evitar ponerme crítica con la entrevistada. Me parece respetable elegir dedicarse a la familia pero algunas de sus afirmaciones dan lugar a agravios comparativos.

Dice que lo que no le gusta de su trabajo es que no hay días libres: las que también trabajan fuera tienen dos jornadas laborales. Cree que se merecería cobrar 1500 euros: espero que piense que esos 1500 euros se los merecen también la mayoría de mujeres trabajadoras, que hacen (hacemos) las mismas tareas que ella en casa. Me ha sorprendido muchísimo que en una época tuviera chica de la limpieza.

Anónimo dijo...

Y si no piensa que las mujeres que trabajan fuera se merecen también cobrar 1.500 euros, ¿qué hacemos, June? ¿La crucificamos?
¿Dónde están los agravios comparativos? ¿En la elección libre de lo que se quiere ser en la vida?

Anónimo dijo...

Yo no critico que elija ser ama de casa, eso lo respeto. Yo critico que no mencione que hoy casi todas las mujeres que trabajan fuera de casa también son amas de casa, y que en algunos momentos de la entrevista transmita que su trabajo es durísimo. Y el agravio comparativo es que quienes trabajen dentro y fuera porque no tengo marido o el sueldo de éste no da para mantener una familia, lean que esta mujer se siente esclava de sus horarios y la casa.

Yo soy bastante adicta al trabajo pero si no fuera así y tuviera la oportunidad me encantaría dedicar mi tiempo a los hijos, que es lo más bonito que hay. Pero creo quien tiene esa suerte debe sentirse privilegiada, no esclava. Si antes la mujer era ama de casa porque no se le daba otra opción, ahora lo elige por vocación y porque puede permitirse no ganar un sueldo. Ella da su visión a través de ti y yo te doy la mía, Lucía, sin más.

Kike dijo...

Se despierta más tarde que yo. Tiene mucho más tiempo para tomarse cafés y para charlar con sus amigas.Sus tareas mayormente no requieren un enorme esfuerzo físico ni psicológico (vamos no se pasa 8 horas al día levantando cajas o repasando cuentas de una multinacional, por mucho que los críos te puedan poner la cabeza como un bombo). Encima hasta hace poco ha tenido una persona que le hacía las labores de casa.

Y pese a todo la entrevista me deja un cierto sabor a victimismo. Me parece excelente la decisión de no irse a trabajar fuera de casa, para educar mejor a sus hijos. Postura muy loable. Pero vamos, ¿cobrar 1500€ y desprestigiarnos a l@s demás de semejante manera? ¿Sabe de verdad está señora lo que hay que sudar para tener ese sueldo? Desde luego muchisimo más que lo que ella relata con su vida diaria.

Mi madre también nos educó correctamente, o eso creo, y sin embargo continuó trabajando dentro y fuera de casa. Algo que de verdad merecería una entrevista porque tenía, como el 90% de las madres, bastante más tarea que esta buena señora. Lo diré porque me está quemando la lengua: vaga aburguesada con pinceladas de victimismo. No es un buen ejemplo de la mujer luchadora. Lo siento.

momodice dijo...

A determinados trapos es mejor no entrar pero, por si no ha quedado suficientemente claro, esta ama de casa no cobra salario. Ella solamente estaba contestando, a preguntas de una periodista, en cuánto valora su trabajo y su valoración nada tiene que ver con lo bien o mal valorados y pagados que estén otros trabajos.
Por fin, solicito a quienes deseen comentar que practiquen la moderación y los modos exquisitos.

Anónimo dijo...

No se han escrito aquí algunos comentarios, pero a mí me los han transmitido. Una de las cosas que más ha llamado la atención es que esta mujer se eche la siesta. En algunos casos incluso ha llegado a irritar.
No entiendo porqué se exige a las amas de casa aquello que no se exige a sus maridos. ¿Por qué no se puede echar la siesta? Si hay un reparto de tareas y quien se encarga del hogar cumple con lo que se espera de ella, ¿por qué no puede organizarse como sea y sacar un ratito para dormir?
Yo creo que detrás de ello subyace la sensación de que ese no es un trabajo, y vaya si lo es.

Anónimo dijo...

A mí la vida de esa mujer no me irrita, como mucho me molesta (pero tampoco demasiado, allá cada cuál) que diga que se siente esclava del trabajo. Yo echo mi siesta diaria y ni siquiera madrugo y lo digo sin ningún pudor, pero me presento a mi misma como una privilegiada, no una esclava. Pero vaya, que tú le has preguntado y ella te ha contestado lo que piensa. Esperanza Aguirre piensa que gana poco y que le cuesta llegar a fin de mes. Las percepciones de cada cuál sobre su esfuerzo no se pueden discutir. Yo sí que considero un trabajo ser ama de casa, pero me parece importante destacar que todas (o casi todas lo somos), trabajemos o no fuera. Pero me estoy repitiendo un montón así que me callo.

Demelsa González dijo...

No entiendo el énfasis en que Esther destaque lo dura que sería su vida si, además, trabajara fuera de casa. Se le estaba preguntando por ella y por su vida.
Saludossss cordialessss.

 
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