domingo, diciembre 10, 2006

Ha muerto Pinochet




12 comentarios:

June Fernández dijo...

No es nada original decir que con su muerte todos sus crímenes han quedado impunes pero es lo primero que a mí, como supongo que a muchos de vosotros, me ha venido a la cabeza. Como dice Benedetti en EL PAIS,"La muerte le ganó a la justicia".

Me da qué pensar lo castigada que está la apología al terrorismo y que en cambio se pueda llorar la muerte de un dictador y ensalzar su figura sin que la opinión pública apenas se escandalice.

Me parece una buena ocasión para recordar el papel que las democracias occidentales jugaron en el asesinato de Allende y el golpe de estado de Pinochet. Considero completamente lamentables y censurables las declaraciones que ha realizado Margaret Thatcher. Creo que una ex presidenta de un país democrático debería pensárselo antes de expresar su tristeza por la muerte de un dicador en cuyo régimen se estima que se asesinaron a 3.200 personas se torturaron a más de 28.000 y se exiliaron 300.000 (estos datos los publica EL PAIS)

Manuel Robles dijo...

Se ve que eres una periodista. Te diré que me gusta tu blog porque se lee muy bien y todo lo escribes con claridad. A mí me queda mucho que aprender.

Manuel

Anónimo dijo...

Gracias, Manuel.

Anónimo dijo...

Joer, es impresionante: todos los dictadores acaban muriendo en la cama.

Y eso que cuentan con multitud de enfadados opositores... que nunca consiguen apenas nada.

Le pasó a Franco, le pasa a Pinochet, le pasará a Fidel.

¿No desanima?

Anónimo dijo...

No entiendo esa insistencia en lamentarse de que Pinochet, y otros dictadores, hayan muerto en la cama. No se me ocurre cómo van a morir si no. En mi barrio estamos en contra de la pena de muerte y en las cárceles también hay camas, al menos en las cárceles de países capaces de condenar a un dictador, asesino, estafador, secuestrador y torturador.

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón, Lucía. Toda.

Especifico: me lamento de que todos mueran o vayan a morir en la cama "de su casa". Y no en la cama de la cárcel de Santiago o en una cama de La Haya esperando un juicio internacional por sus crímenes.

Por cierto, se me ocurren mil formas de no morir en la cama. Y no estoy pensando únicamente en Ceacescu...

Mrs.Doyle dijo...

Es una pena que se haya muerto sin ser juzgado.

Zigor Aldama dijo...

Es curioso, por mucho que aborrezcamos la pena de muerte y apoyemos el estado de derecho, en el fondo nos gustaria que los dictadores sufrieran algo de lo que ellos hacen sufrir. O no? No se si eso supone que nos gustaria que los mataran, pero sin duda que los juzgaran y que pasaran una buena temporada entre rejas.

Ademas, Lucia, morir en la cama de tu casa, no tiene nada que ver con morir en la de la carcel. A que no?

June Fernández dijo...

No lo veo incompatible, de hecho debe ir unido. En un estado de derecho, un genocida, un torturador, debe ser condenado por ello. No he oído a nadie desearle la muerte pero sí a todo el mundo desear que hubiera sido juzgado.

Anónimo dijo...

Creo que en sustancia lo que deseamos es que mueran arrepentidos del mal hecho. Para ello es necesario que hayan sido juzgados y condenados. Pero… los últimos años de Pinochet no han sido precisamente los mejores de su vida. Aunque nadie lograra meterlo en la cárcel, pasó una larga temporada sin poder visitar su país y, después, sus adeptos han sido muchos menos que sus detractores. Ha sufrido un juicio y una condena social de carácter internacional. Le habrá quedado, a él y a su familia, el consuelo de estar forrados de dólares, pero sus últimos años han estado muy lejos de ser apacibles. Era culpable y tanto él como sus coetáneos lo hemos sabido. Y cómo decía un profe del insti, que lleve tanta paz como deja.

Anónimo dijo...

Por cierto, amigos, recomiendo la lectura del artículo del gran Arcadi en El Mundo de hoy.

Precisamente sobre lo que discutíamos aquí, en especial para Zigor. Se puede leer gratis aquí: www.bastaya.org

Anónimo dijo...

Gracias, Nahum. Es interesante

 
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