Miedo me da

Dice Ana García Obregón que su próxima producción se llamará ‘Ellas y el sexo débil’. Intuyo que el sexo débil son los hombres. Será una serie “atrevida, familiar” y tendrá “como base la guerra de sexos. La historia la han protagonizado los hombres pero la hemos escrito las mujeres”. Yo no sé en qué calles ha jugado esta mujer pero me asustan aquellas personas que cuando abrazan el feminismo se comportan como si fueran las primeras; esas que tienen alma de bolero y parecen decir de sí mismas ‘Antes de mí no hubo antes’. ¿Qué actitud vital es esa que suscribe un concepto como la ‘guerra de sexos’?
Otra cuestión preocupante es esa obstinación de algunas personas por mostrar a los hombres como débiles, torpes, tontos, obsesionados por el sexo, limitados por orejeras… Me aburre. ¿De qué se trata?, ¿de hacerles aparecer como tontos para que algunas mujeres parezcan mucho más listas?, ¿de borrarlos del mapa para que por fin las mujeres se hagan visibles?
La vicepresidenta el Gobierno ha justificado una cena oficial a la cual no invitó a hombres con estas palabras: “Necesitamos de la generosidad y complicidad de todas y de todos”. El universo entero estaba esperando este acontecimiento para sentirse por fin a salvo.
Se confunde María Teresa Fernández de la Vega si cree de verdad que lo que se necesita para lograr la igualdad es generosidad y complicidad. Lo que necesitamos son leyes, agentes encargados de que se cumplan y gobernantes firmemente convencidos de que la única forma de reivindicar la igualdad es ejercerla.