Cupos frente a interés

Es llamativo que durante los procesos electorales, o cuando se trata de refrendar una ley, sea la Junta Electoral la que determine cómo se deben repartir los tiempos televisivos entre los partidos políticos. Algo estamos haciendo mal cuando cualquiera parece tener criterios a la hora de decidir dónde está el interés informativo. No es que yo crea que la Junta Electoral es cualquiera, pero cualquiera diría que cualquiera puede llegar a formar parte de ella. A sus miembros no se les exige que tengan conocimientos de periodismo, ni siquiera que lean los periódicos.
Y la Corporación Catalana de Radio y Televisión decidió la semana pasada que la información de la campaña sobre el Estatuto se hará con criterios periodísticos, renunciando a los bloques asignados en función de la representación obtenida en las elecciones anteriores.
Muy bonito, si consiguen llegar a hacerlo. Sobre los medios de comunicación de titularidad pública, un puñado de televisiones y algunas radios en nuestro país, pesa siempre la sospecha de que se deben al partido que en ese momento gobierna. A veces la sospecha se transforma en certeza. De hecho, se suelen producir auténticos desquites que pagamos a escote todos los ciudadanos. Llega un partido, manda a los pasillos a quienes están en los cargos y pone a gente de su cuerda, aunque los anteriores también lo fueran.
¿Lograrán los catalanes hacer información durante la campaña del Estatuto? ¿O será un más de lo mismo incluso sin la garantía que otorga la Junta Electoral de que por lo menos se aplique un criterio, aunque éste no responda a lo que un medio de comunicación independiente consideraría interesante?