En alguno de esos momentos de euforia que se producen durante las vacaciones, y que probablemente coinciden con un momento de descanso y un botellín de agua fresca, llegué a pensar que NYC es la ciudad perfecta. Acaso lo sea la isla. Ser turista es muy fácil, porque basta recorrer una calle para saber con exactitud dónde te encuentras. Quizá por esa razón los taxistas sean muchas veces recién llegados que apenas si dominan el idioma.
Hay dos tipos de laberintos: aquellos en los que las calles son todas distintas, por su trazado, su anchura, sus dimensiones; y los que se basan en la simetría, cualquiera de sus partes es tan idéntica al resto que es imposible distinguirlas. El barrio Alfama de Lisboa responde al primer modelo: es todo tan distinto que casi siempre se tiene la idea de que por esa calleja, por esos escalones, bajo ese balcón, se ha pasado mil veces antes. Luego, sorprendentemente, aparece una fuente absolutamente desconocida, o un mirador desde el que se ve el Tajo.
Manhatan está construida de forma laberíntica, porque todas las manzanas responden al mismo trazado: las avenidas son paralelas, van de norte a sur y de la 1ª a la 12ª, comenzando por el este. La 5ª, el eje central, divide a la ciudad en este y oeste. Las calles son perpendiculares: comienzan a numerarse en el sur de la isla y van ascendiendo.
Cuando se está perdida, cuando no se sabe dónde está el norte, basta mirar solamente un poquito para encontrar una pista (porque las calles marcan si estamos al oeste o al este). En el peor de los casos, podemos optar por acercarnos a la siguiente calle, para saber si el número es ascendente o descendente. Mejor de calle en calle, porque las distancias son más cortas que entre las avenidas. Si entendemos como laberinto un lugar en el que es difícil acertar con la salida, NYC es un laberinto que viene con manual de instrucciones.
Y acaso el peor de los laberintos sea un desierto de arena, o el mar. Por eso los marineros aprendieron que las estrellas eran los mejores mojones para orientarse.
La foto es de Orión.
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