viernes, marzo 24, 2006

La voz de ETA

No le han dado vueltas ni nada al hecho de que la voz del comunicado de ETA fuera de mujer, que no estuviera distorsionada −la voz−; y que hablara en castellano. Ayer ya se supo quién se escondía bajo la capucha: Ainhoa Ozaeta Mendicute, ex coordinadora de Batasuna en Guipúzcoa.
Durante el siglo XX se ha producido un fenómeno que no deja de ser curioso. A medida que la mujer se iba incorporando a algunos puestos de trabajo en los que antes había estado subrepresentada −la medicina, el derecho, la judicatura− esas profesiones perdían gran parte del prestigio de que habían gozado antes. El médico, el abogado, el juez habían sido autoridades de primer orden. Y cabe preguntarse si la razón de esa pérdida de prestigio es que la mujer se incorpora a esas tareas o que el acceso le resulta posible −aunque no fácil− precisamente porque están perdiendo su glamour. Recuerdo haberle preguntado a la anterior directora del Instituto Vasco de la Mujer al respecto durante una entrevista: Arteaga tampoco supo interpretarlo.
Lo que sí parece evidente en el caso de ETA es que la presencia de esa voz femenina es un indicio más de que son los últimos estertores: porque siempre se ha sabido que su estructura, entre otras maldades, es extremadamente machista. No obstante, esa es la menor de sus inmoralidades.

1 comentario:

Anónimo dijo...

He oído estos días algunos otros comentarios sobre ese detalle. No sé si el hecho de que la voz encapuchada fuera una voz femenina aporta algún dato relevante al asunto o habría que considerarlo un acto de normalidad más.

Si en ETA ha habido mujeres con pocos escrúpulos para apretar el gatillo, aunque fuesen minoría, no ha de parecer raro que también las haya preparadas para leer un comunicado de alto el fuego.

Sin embargo, a nadie se le oculta que estos rituales un tanto guiñolescos tienen un componente de puesta en escena donde los signos transmiten algo: las banderas, los anagramas, los muñecos parlantes también. Como el discurso oficial nacionalista ha adoptado el doblete "vascos y vascas" (¿por qué no a la inversa?), parece que ese amago de incorporación a la vida normal -los dioses me oigan- se redondeaba más con una mujer en funciones de portavoz. No estaría mal que en vez de planear atentados los cerebros de ETA dedicaran su tiempo a cuidar el estilo políticamente correcto, que será una estupidez pero hace menos daño que los tiros en la nuca y los explosivos en los coches.

 
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