martes, marzo 21, 2006

Justificar lo injustificable

Como sociedad nos hemos dotado de un entramado legal, de toda una maquinaria para evitar en la medida de lo posible los malos tratos. Instituciones y organismos llevan años transmitiendo el mensaje de que es un problema que afecta a todas las clases sociales, a todas las culturas, que se da en todos los países; que el maltratador lo es independientemente de su condición.
‘Salsa rosa’ es un espacio que emite Telecinco los sábados por la noche. El sábado pasado estaban interrogando a uno de los hijos de Carlos Larrañaga, Kako. Bonito panorama el que dibujó de su padre: según contó, tenía el chiquillo doce años cuando le puso una pistola en la cabeza. Amor de padre. Uno de los habituales del espacio quiso indagar si se habían producido malos tratos a la madre, a María Luisa Merlo. Kako lo negó. Todos en el plato querían más. Les habría encantado que les mintieran con tal de oír lo que deseaban oír.
Querían saber las razones por las que un padre pone una pistola en la cabeza de su hijo y lo asusta: “¿Tenía tu padre problemas laborales, bebía, jugaba?”.
¿Qué se supone, que si un hombre bebe, juega o tiene problemas laborales es más comprensible el maltrato?, ¿o, incluso, se justifica?
La pregunta la hizo Idoia Bilbao. Creo que se hace llamar periodista; será porque sale en los medios. En mi barrio se le llamaba ‘el periodista’ al del kiosco.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Menudo favor hacen algunos a la profesión...

Zigor Aldama dijo...

¡Y tanto! Y eso cuando no se autodenominan especialistas en reportajes de investigación...

 
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