viernes, marzo 07, 2008

De milagro


Las tragedias deben servirnos para, al menos, aprender a defendernos de nosotros mismos. Y sabemos desde hace años que las audiencias de la tele difícilmente toleran un espectáculo de sangre y entrañas cuando la información puede suministrarse tras una mínima reflexión. En el primer momento, las imágenes pueden llegar sucias y confusas pero, pasadas unas horas, la delicadeza de cualquier profesional responsable indica que las vísceras son inoportunas. ETB2 estrenó el miércoles un espacio de documentales, 'La caja negra', que presenta Iñaki López, una cara conocida en la casa. Va tras el informativo de la noche y tiene ambición de ser un programa de investigación.

La primera entrega consistió en una revisión del accidente de aviación ocurrido en el monte Oiz en febrero de 1985. Han pasado 23 años. Es cierto que el equipo hace un importante esfuerzo por localizar a familiares de los fallecidos, a quienes intervinieron en la catástrofe y a los profesionales de los medios que se encargaron de cubrir aquella tragedia. Pero deberían haber sopesado mejor algunas de las decisiones. Por ejemplo, ¿a quién ayuda hoy ver un tronco humano desmembrado colgando de la rama de un árbol?, ¿qué aporta como documento periodístico?, ¿colabora en algo al esclarecimiento de lo que sucedió aquella mañana de febrero?

El documental hace uso de procedimientos periodísticos para el esclarecimiento de la verdad, o al menos de lo sucedido, pero carece de la reflexión necesaria para dilucidar qué se debe exponer y qué no. Lo dice una de sus fuentes: «El derecho a la información está por encima del dolor de los familiares». ¡Ya tienen coartada! No es cierto, la necesidad de información viene limitada por el derecho a ser protegidos de ciertas imágenes. De muchas de las que se ven en el reportaje hay alguna que pone los pelos de punta, pero por otra cosa: aquella en la que se ve a uno de los participantes en el rescate recogiendo los restos de un cadáver sin protección alguna en las manos. Para 1985 ya conocíamos el sida. Sabiendo lo que sabemos de nuestro pasado, podemos afirmar que estamos vivos de milagro. Sobre todo, algunos.

El El Correo.

3 comentarios:

Nahum dijo...

Respuestas a las tres preguntas, Lucía:

-A nadie
-Nada
-No

Cuando no es la coartada del derecho a informar es el de que el público lo ve y, si no le gusta, puede cambiar de canal con el mando. Cronicamarcianismo, vamos.

Por cierto, esos 28 años no me salen en las cuentas...

Anónimo dijo...

Ni a mí. Lo corrijo. Son 23. Y que antes de publicarlo lo han leído a menos otras dos personas...

Ander Izagirre dijo...

Para mí la tragedia de Oiz es un recuerdo de la infancia grabado a fuego. Tenía 9 años y recuerdo la impresión tremenda de aquellas fotos que salían en los periódicos,
en las que se veían piernas y brazos colgando de los árboles. Ahora sería impensable. Las cosas han cambiado en 23 años, a pesar de esas excepciones que citas.

 
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