«Primer consejo, que sea él mismo, que no se invente otra personalidad. Causa mala impresión que se muestre inseguro, dubitativo, que rehúya los ojos del entrevistador. Que estudie las características que buscan en su candidato. Aprovechar las virtudes que uno sabe o cree que tiene, la simpatía, el lenguaje corporal, la ropa, el olor. La convicción, el interés en el puesto y en integrarse en un equipo de trabajo, ligeras muestras de sentido del humor. Pronunciar las palabras justas. Hay que ir como en todo a la esencia, mirar al frente, nunca a los lados. Un exceso de colonia es un insulto. Si te acaricias la barbilla puedes sembrar dudas, si te rascas la nariz puedes estar mintiendo, si te cruzas de brazos… Si es tímido e introvertido que no trate de dar una impresión artificial. Que trate de mostrarse seguro. Y ojo, como dicen los cronistas deportivos, que se olvide de la adulación».
Leguineche, Manuel. El club de los faltos de cariño. Barcelona, Seix Barral, 2007, pp. 38-39
1 comentario:
Genial. Tomo nota!
Publicar un comentario