martes, enero 23, 2007

El derecho a la defensa


Ofelia Hernández era una mujer guatemalteca de 32 años a la que su ex asesinó en enero de 2005 en Durango. La mató delante de sus hijos. Los tribunales lo consideraron culpable y el pasado noviembre fue condenado a casi 18 años de cárcel y a no aproximarse a sus hijos en los próximos 20 años. Evidentemente, durante el juicio, y como es preceptivo en los países civilizados, fue asistido por un abogado.
Este abogado fue llamado por la Mancomunidad de Durango para el asesoramiento jurídico a familias, mujeres maltratadas y víctimas de agresiones sexuales. Un mes después, el Ayuntamiento de Durango pedía su destitución porque considera “poco ético adjudicar el programa a un letrado que representa a un hombre condenado a 17 años y nueve meses de prisión como autor confeso de la muerte de su compañera sentimental a cuchilladas en el propio municipio de Durango”, según informaba el sábado El Correo.
Para entender la noticia es necesario leerla entera. Me pregunto si el primer párrafo se corresponde con el contenido total de la información. Me pregunto qué impresión del mundo se llevan quienes leen solamente los titulares de los diarios. ¿Se creerán informados?
Cada día me reafirmo en la idea de que hay una única forma de estar informados: estar bien informados.

La flor es una popusa, una flor guatemalteca con efectos curativos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No tengo ni idea así que no me atrevo a opinar. No sé si un abogado se puede permitir decidir a quién defender y a quién no. Tampoco sé si se trataba de un abogado de oficio (claro que tampoco sé si uno de oficio puede negarse a asistir a quien se le ha adjudicado). No sé si es reprobable que un abogado defienda toda causa porque defiende que toda persona sea asistida por un abogado. Si lo que se critica es que el abogado trabajase por conseguir la pena más baja para su cliente, tampoco lo entiendo puesto que ése es su trabajo. Así que si supiera todo ésto igual podría opinar. Lo que sí que me atrevo a decir es que en la noticia la clave es la palabra sensibilidad. Seguramente no es el nombramiento más acertado no por razones objetivas sino porque puede herir la sensibilidad de las víctimas. No me imagino a un abogado de presos de ETA asesorando a las víctimas.

Una última cosa: pongamos que ese abogado ha defendido a un asesino confeso en una ocasión pero en otras muchas ha trabajado de alguna manera contra la violencia machista. ¿Es contradictorio? ¿Pesa más la defensa a un asesino que el apoyo a una víctima?

Por último, os cuento una buena noticia: la Organización Colegial de Enfermería va a poner en marcha unos cursos de formación para que las enfermeras sepan detectar a mujeres maltratadas entre sus pacientes. El presidente de la organización calcula que con el sistema se detectarán ocho veces más casos de los que se identifican actualmente. Para más información... (no voy a hacer publicidad)

 
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