miércoles, octubre 04, 2006

Una ventana abierta


Los vecinos son unos exagerados. A falta de vida propia se dedican a vigilar las vidas de los demás. Total, ¿qué había hecho él? Si solamente intentó tirar a su señora por la ventana de la cocina; si apenas tenía medio cuerpo fuera cuando lo vieron... Vale de sarcasmos.
Los vecinos del número 1 de la calle Lizardi en San Sebastián han presentado una denuncia contra el del cuarto por los malos tratos a que somete a su esposa. Ella se niega a denunciar: "Estas cosas no se arreglan en los juzgados". Es cierto que la gota que desbordó la paciencia de los vecinos cuando una de ellas vio cómo intentaba tirarla por la ventana. Lo cuenta J. Peñalba aquí. Llevaban tres años aguantando gritos a diario. No quieren que pese sobre su conciencia. Si los vecinos no han aguantado más, ¿cómo lo soporta ella?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo lo soporta ella? Hombre, se puede elaborar mucho más, pero supongo que lo soporta por una mezcla de dependencia emocional, bajísima autoestima y sentimiento de culpa.

En el fondo, las tres cosas van de la mano, qué narices.

Mrs.Doyle dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Nahum, pero añadiría a "ese cócktel de emociones" el extraño sentimiento de compasión que suele sentir la víctima por su verdugo, que hace que en muchos casos llegue a protegerlo y trate de entenderlo...

Complicado tema.

Anónimo dijo...

Por cierto, en la tele han dicho hoy que esto ha sucedido en Urnieta. ¿Expansionismo donostiarra? ¿Un Gran San Sebastián emulando al Gran Bilbao?

 
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