En cierto modo, es decepcionante: se monta un cisma porque la Iglesia Episcopal de EE UU ha elegido a una mujer como líder y, además, los medios se empeñan en llamarla ‘obispo’. No es muy estimulante que surja una gran polémica porque la elegida haya sido una mujer. Lo de obispo es otra cosa.
La palabra castellana obispo aparece recogida en el DRAE como de género masculino. Es decir, siempre es ‘el obispo’. En ese sentido no se diferencia en nada de otras con las que comparte género, coco, por ejemplo. Nadie diría ‘la coco’, sino ‘el coco’. Más aún, ningún medio se atrevería a escribirlo.
La Fundéu hace ya meses que reflexionó sobre el tema y propuso el uso de ‘obispa’, "aunque carezca de tradición en el mundo católico". Yo estoy absolutamente de acuerdo. Además, si hacemos el ejercicio de repetir la palabra obispa unas cuantas veces, a eso de la quinta empieza a sonar a música celestial, que es lo propio.
La foto que he elegido aparece en el web de su Iglesia, y ella está vestida de lo que es.
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2 comentarios:
Sí, Lucía, en rigor habría que crear "obispa" para el femenino. Sólo tendría el inconveniente de su proximidad fonética con "avispa". Izaguirre y su vespa tendrían que decir algo sobre esto.
Bueno, una cosa es que de momento no haya obispas y otra que no tengamos un término por si acaso. Tampoco hay marcianos ni centauros y ahí están las palabras para designarlos.
Izagirre, un poco asustado por la serie marciano-centauro-obispa, dice que sí, que le parece bien. A la vespa -que, por cierto, nació como una moto pensada para mujeres, como bien se apreciaba en la publicidad de la época pero nunca se reconocía en voz alta para no espantar a los machos-, digo que a la vespa también le parece bien. Incluso se ofrece, cortés ella, para darle un paseo a la susodicha obispa. Aunque le pediría, si no es molestia, que en ese paseo vista un atuendo más ceñido -porque de tal guisa el conjunto vespa+obispa se convertiría en un gran paracaídas rodante, casi en un zepelín-.
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