martes, febrero 26, 2008

Ayer se celebró un casting

Ayer se celebró (acaso deba escribir cometió) el debate entre los dos únicos candidatos a la presidencia del Gobierno con posibilidades de salir: Zapatero (237.000) y Rajoy (816.000). Entre paréntesis, los resultados de una búsqueda en madame Google, la reina de la democracia.
Para saber a quién de ellos contratará la sociedad española para que dirija su destino en los próximos 4 años, debemos esperar a la segunda fase del casting, que será otro debate televisado, pero la definitiva será el día 9 de marzo, dia de las elecciones.
Este debate, como cualquiera puede suponer, está pactado hasta en los mínimos detalles: quién lo organiza, quién lo modera, temas que se tratan, tiempos, el color de la mesa y el realizador que elige qué cámara debe entrar ahora.
A mí me ha llamado poderosamente la atención que el equipo de presidente de Gobierno en funciones haya aceptado que sea Rajoy quien haga la primera intervención en cada uno de los apartados y, en justa correspondencia, cierre Zapatero.
Aparentemente es normal: la última palabra siempre la tiene quien está en lo alto de la pirámide alimenticia (Zapatero preside, Rajoy es oposición). Pero... y también en justa correspondencia, en el próximo debate, dentro de unos días, será al revés: abrirá Zapatero y Rajoy tendrá la última palabra.
Rajoy pondrá, entonces, el punto final y, además, contará con la ventaja de saber cuáles han sido tanto sus puntos flacos como los de Zapatero y qué errores no debe cometer.
En mi opinión, Zapatero ha estado mejor que Rajoy en esta primera prueba del casting, pero quizá ha dejado ver demasiadas cartas.
Finalmente, no acabo de entender cómo permite el equipo del PP que Rajoy hable tan mal: Por ejemplo, confunde el 'deber' con el 'deber de' y tiene una enfermiza tendencia a enunciar singulares: "Quiero decirLE a todos los españoles...".

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