El cuento asegura que un pez se jamó un soldadito de plomo, y que llegó al mercado, y una mamá lo compró, y cuando estaba a punto de cocinarlo... Tatachán, allá le apareció en la tripa del pescado.
Grenpeace no existía, pero si así hubiera sido, la denuncia estaba asegurada. ¿Plomo en el vientre de un chicharro? Ni aún en la fantasía de los consumidores.
1 comentario:
Y lo mismo si en vez de un soldadito fuese una muñeca, se hubiesen llevado la denuncia de alguna asociación feminista... por poner una muñeca en vez de una soldadita y porque hubiesen visto analogías raras en el acto de deglución por parte del pescado jeje. Las asociaciones de fumadores no se que han dicho también sobre el cuento de la hormiga y la cigarra.
Juan
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