Ha sido esta tarde. Me he dicho: "De hoy no pasa". Había que empezar por algún lado, por ejemplo, el inventario. Éste ha sido el resultado:
-3 negros de diferente punto.
-1 negro con escudito gris.
-1 negro muy bajo y viejo.
-1 gris con dos rayas rojas.
-2 azules, uno con raya roja y el otro blanca.
-3 blancos, todos deportivos y de diferentes marcas.
-1 de color indescifrable.
Total: ¡Doce calcetines desparejados!
Los calcetines viven en pareja, por eso a los solos los guardo en una esquina del cajón, juntos. A fin de cuentas son prendas que han sufrido el abandono de su par.
Siempre he creído que la ausencia era temporal, que aparecerían enganchados en el dobladillo de una sábana, en la maleta de viaje, dentro de un zapato que hace tiempo no usamos; o que algún día se resolvería de un golpe la desaparición de dos de ellos, como consecuencia de un extraño emparejamiento.
De modo que ahí me he ido, a deshacer todos los pares para restablecer el orden de ovejas y parejas.
El resultado ha sido decepcionante: los doce calcetines siguen viudos. "Por lo menos, no se ha desvelado ningún otro extraño emparejamiento", me he dicho.
El dibujo es de aquí.
4 comentarios:
En estos tiempos de multiculturalismo, Lucía, déjales que se arrejunten.
O que se hagan "parejatines de hecho".
Viva la mezcla, qué narices.
Jajajajajaj
jajajajajaj
jajajaj
Te estoy imaginando con la cabeza dentro del cajón buscando los calcetines, jejejeje. Jejeje
Piensa que los que están viudos, al menos, tienen un lugar donde dormir y quizá, como dice Nahum, volver a rehacer su vida.
Pero, ¿qué pasa con las antiguas parejas de esos calcetines? ¿Tendrán otra vida o simplemente serán trozos de hilo sin ninguna función determinada?
Qué dura es la vida del calcetín.
Iba a decir algo parecido a lo de Nahum. Desde luego, Lucía, esas preocupaciones son dignas de Ana Botella (peras con peras, manzanas con manzanas, y dijo lo contrario de lo que quería decir). Espero verte la próxima vez con un calcetín negro y el otro blanco: ¡alianza de calcetizaciones!
Me he sentido muy identificada, sobre todo con lo de seguir guardándolos con la esperanza de que su pareja vuelva. Y me apunto a la propuesta de mezclar. En el instituto una amiga lo hacía porque decía que daba suerte. Ahora entiendo el motivo real...
Publicar un comentario