Ayer se produjo el último debate antes de las elecciones: Rajoy y Zapatero. Mis impresiones carecen de fundamento científico, son puras intuiciones, pero me barrunto que cuando uno de los candidatos, Mariano Rajoy, le llama al otro "señor presidente del Gobierno" y, además, enuncia sus propuestas en segunda persona (“Usted debe hacer tal y tal cosa”), es porque ha dado por perdida su elección. No se siente ganador.
Porque, mire, ayer tanto José Luís Rodríguez Zapatero como Mariano Rajoy no eran sino candidatos a la presidencia del Gobierno. Que uno de ellos sea en este momento presidente en funciones es irrelevante, como irrelevante lo fue en 2004 cuando Zapatero, en la oposición, se impuso a Rajoy, en el Gobierno.
La idea de que un Rajoy perdedor no tenga oportunidad de enseñar su peor cara a tantos y tantos inmigrantes me hace sentir optimista. Y el hecho de que hoy los curas católicos españoles hayan elegido a Rouco Varela me hace sospechar que están asustados. En tensión piensan menos.
Las fotos son de El Mundo.
Porque, mire, ayer tanto José Luís Rodríguez Zapatero como Mariano Rajoy no eran sino candidatos a la presidencia del Gobierno. Que uno de ellos sea en este momento presidente en funciones es irrelevante, como irrelevante lo fue en 2004 cuando Zapatero, en la oposición, se impuso a Rajoy, en el Gobierno.
La idea de que un Rajoy perdedor no tenga oportunidad de enseñar su peor cara a tantos y tantos inmigrantes me hace sentir optimista. Y el hecho de que hoy los curas católicos españoles hayan elegido a Rouco Varela me hace sospechar que están asustados. En tensión piensan menos.
Las fotos son de El Mundo.
1 comentario:
Me gustan tus intuiciones, Dios te oiga, jeje. De todas formas hay caras malas menos visibles en todos los partidos que hacen tanto daño a los inmigrantes como las perlas xenófobas que profieren los políticos del PP. A un inmigrante le preocupa tanto o más que Zapatero se enorgullezca de llenar aviones de repatriados, a que el otro estúpido diga que si vienen más no cabemos.
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