
«El general De Gaulle, a quien siempre gusta salpicar de un cierto humor sus reuniones con la prensa, hoy ha estado francamente festivo en varias ocasiones, haciendo estallar las carcajadas del auditorio. [...] Otro rasgo de humor consistió en que, antes de terminar su peroración, el general De Gaulle planeando su mirada sobre el inmenso auditorio, dijo lo siguiente:
"Creo que alguno de ustedes me ha hecho una pregunta referente a la libertad de Bell Bella, ¿no es así?"
No, no era así. En medio del desconcierto de los primeros momentos, que fue cuando se hicieron las preguntas, a nadie se le ocurrió interesarse por la suerte del prisionero musulmán, a pesar de ser un punto de los más importantes. Por eso, al comprobar la sagacidad del presidente y su forma de ‘echarse el toro encima’ todo el auditorio irrumpió en risas estrepitosas».12/4/1961
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