Hay un personaje bilbaíno al que no conozco, pero del que me han hablado, que sostiene que los refranes mejoran considerablemente haciéndoles un pequeño apaño. La fórmula consiste en añadir a la primera parte “entre las sábanas” y a la segunda “entre las piernas”. Veámoslo en los ejemplos:
No por mucho madrugar entre las sábanas, amanece más temprano entre las piernasA caballo regalado entre las sábanas, no le mires el diente entre las piernas
A quien madruga entre las sábanas, Dios le ayuda entre las piernas
A buen hambre entre las sábanas, no hay pan duro entre las piernas
No te acostarás entre las sábanas sin saber una cosa más entre las piernas
Año de nieves entre las sábanas, año de bienes entre las piernas
¿Quién da más? Hagan juego...
7 comentarios:
Yo tengo una amiga que dice que cualquier refrán es mejor si se substituye la segunda parte por "patada en los cojones", por ejemplo:
A quien buen armol se arrima, patada en los cojones.
Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, patada en los cojonos
....
Me gusta más la versión que practicamos en la koadrilla: sustituir el final del refrán por "patada en los cojones".
A quien madruga, patada en los cojones.
Quien a buen árbol se cobija. patada en los cojones.
Más vale pájaro en mano que patada en los cojones.
A caballo regalado, patada en los cojones.
Y asín.
¡Andalamar! He publicado mi comentario y después he leído el primero. Una muestra palpable de que no por mucho tempranear amanece más madrugo.uwgqb
Conozco a alguien que suele cambiar las palabras de los refranes por otras de igual significado pero en una versión más culta. Por ejemplo:
"Quien con infantes pernocta, miccionado alborea"
Sí, mrs Doyle: a jaco donado no le periscopees el incisivo.
Dicho todo esto: en general los refranes dan bastante grima. Seguro que alguien ha escrito una tesis sobre la visión de la vida que muestran. Y seguro que no se ha acostado sin saber una cosa más.
A buen conocedor ( ),
pocas palabras bastan( )...
[Pd. altérnense entre sábanas y/o piernas a gusto del consumidor.]Un saludo, Lucía.
Hay un juego parecido, al que jugábamos en la edad del pavo en las horas de estudio. Se trata de leer un texto, añadiendo "por la boca", cuando nos encontramos un punto y "por el culo" cuando es la coma la que aparece. Realmente es divertido hacerlo ahora, sobre todo al leer algunos comunicados oficiales o invitaciones a actos pomposos.
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