lunes, septiembre 25, 2006

Más cotillas

Hace unos meses dedicaba un comentario a una página auspiciada por el Ministerio que debía servir para que los estudiantes indecisos se decidieran por cursar los estudios de periodismo. Allí se decía que era necesario ser cotilla para ser periodista. En fin, lo que hay que oír.
Hoy nos hemos desayunado con algo parecido en la columna que Monserrat Lluis firma como responsable de Enlace en El Correo.
Os copio los dos primeros párrafos por su inestimable interés y aportación a lo que es y debe ser esta profesión. Ejem, he de aclararme la voz:

"A los periodistas, para los que ser cotillas no es un defecto sino una condición, nos suele gustar estar en todas las salsas. Pero, además, a nuestras informaciones les pasa también como a la reina de las salsas, la mayonesa: que, o se consumen rápido, o se echan a perder. La diferencia es que aquí la culpable no es la salmonela, sino la actualidad, que avanza a la velocidad de las bacterias y da la gloria de la primicia al primero que la atrapa. No dejes para mañana lo que puedas publicar hoy: en menos que canta un gallo y su señora pone el susodicho huevo de la salmonelosis, se te adelanta la competencia o llega otra noticia que desinfla a la anterior".

Podéis leer el artículo completo aquí.

11 comentarios:

Zigor Aldama dijo...

Pues con estos amigos de la profesión, ¿para qué queremos enemigos?

De todas formas, me atrevo a decir que cada vez más siento que esta profesión realmente está degenerando del interés al cotilleo, que es lo que vende.

Publicar historias serias y contrastadas, de esas que analizan el devenir de nuestro mundo y hacen pensar, es cada vez más difícil. "Es que eso no interesa", me suelen decir. "Queremos sucesos, crónica rosa, higadillos... ¿No tienes algo más de casquería?".

momodice dijo...

Pues a mí nunca me han dicho nada de eso. A lo mejor tendríamos que seleccionar más y mejor con quién trabajamos.

Zigor Aldama dijo...

Lucía, eso pasa, sobre todo, en la tele. Creo que, por regla general, la prensa escrita aún mantiene un nivel más elevado en sus informaciones, aunque resulta especialmente difícil publicar algo que profundice más allá de la mera noticia, algo que sirva no sólo para dar a conocer un hecho sino para analizar el porqué del mismo. Parece que eso no provoca mucho interés y, sin embargo (en mi humilde opinión), es el meollo de la cuestión.

Ander Izagirre dijo...

Os cuento una situación sorprendente, para animarnos un poco, para que veamos que sí hay gente con interés en profundizar.

Le propongo al director de una revista un reportaje con cuatro itinerarios por rincones olvidados de España (los Ancares, valles de Cáceres y cosas así). No concretamos la extensión del texto y yo me pongo a escribir. Como la mera descripción del itinerario sería un poco sosa, voy encajando encuentros, diálogos, escenitas... y con los dos primeros itinerarios ya llevo ocho páginas. Escribo al director para contarle lo que me pasa y preguntarle si lo hacemos en dos entregas, si lo corto, si las otras dos rutas las hago muy esquemáticas...

Me contesta: tú sigue, no te cortes, que salgan los folios que sea.

Ahora que todo el mundo tiene miedo de publicar dos páginas de texto seguidas (ay, diomío, que se me van a desmayar los lectores, vamos a poner muchas fotos y muchos despieces para dar el reportaje bien masticadito), este director me dice que venga, que existe la gente lectora, y que los lectores leen, así que venga, a por los doce folios. Para mí, un director que publica en su revista doce folios es un pequeño héroe.

Él, claro, pone una condición: que el texto sea bueno.

Será exigente, el tío.



And this is another singing...

Zigor Aldama dijo...

Ander: Dado que se trata de algo positivo, ¿por qué no nos das el nombre de la revista? Así quizá hasta compremos un ejemplar y el director te lo agradezca.

En cualquier caso, y aunque sirva para animarnos, creo que es la excepción, porque lo que impera son los despieces y las megafotos. Sobre todo en medios importantes. Con nobles y contadas excepciones entre las que incluyo El País Semanal y Zazpika (donde se publican hasta textos de 15 folios).

Ander Izagirre dijo...

La revista se llama Nuestro Tiempo, la publica la Universidad de Navarra y es una de las más completas y de las más interesantes, pero mucha gente no la conoce porque sólo se vende por suscripción (creo que tienen nada menos que 11.000 suscriptores: la mayoría, antiguos alumnos de la Universidad). Así que no la busquéis en quioscos.

Zigor Aldama dijo...

Algo era ello, Ander. De la universidad tenía que ser...

Anónimo dijo...

¡Viva Nuestro Tiempo!
En efecto, una gran revista. Y, lo que es más importante, una estupenda "fábrica" de buenos periodistas.
Ander se ha curtido mucho allí. Con eso está dicho todo, jeje.

June Fernández dijo...

Por eso defiendo los informativos de Gabilondo. Me parece increíble que se exija espectacularidad al periodismo por encima de la información. Tenemos esa idea tan metida en la cabeza que yo reconozco no haber leido artículos de www.rebelión.org por tener un diseño aburrido. En cuanto a lo de cotillas...Yo creo que la condición indispensable para ser periodista es una curiosidad insaciable, y puedo admitir (por lo menos es mi caso) que eso incluya curiosidad por los temas personales.

Ander Izagirre dijo...

La curiosidad puede respetar unos límites que el cotilleo revienta.

Jobá, me ha quedado como para un proverbio chino.

Zigor Aldama dijo...

Es Camboyano, Ander, Camboyano.

 
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