miércoles, junio 21, 2006

Yo, lo que diga mi marido


Algunas mujeres, por lo general mayores, de poca formación, muy apegadas a su esposo, acostumbradas a callar, quizá por no tener opiniones o por no expresarlas a menudo, suelen resolver los temas con una frase: “Yo, lo que diga mi marido”. Y se callan, porque es él quien habla.
Ayer el juicio por el asesinato de Miguel Ángel Blanco concluyó con un alegato de los acusados. Fue Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’ -el que disparó por la espalda a Miguel Ángel Blanco- quien habló. Cuando calló, la presidenta de la sala preguntó a su compañera, a Irantzu Gallastegi, ‘Amaia’, si tenía algo que decir: “Lo mismo que Xabier”.

La foto, de los dos dentro de la jaula, me la ha prestado una agencia.

2 comentarios:

Ander Izagirre dijo...

Muy fina, Lucía, como siempre.

Además, esa subordinación de un sexo a otro puede ser una punta de iceberg. Porque, quizá, una de las claves de esta pesadilla es que los fanáticos actúan según una subordinación constante. Un gran y permanente "yo, lo que diga..." (lo que diga "la organización", lo que diga el mito, lo que diga la consigna). Unas buenas consignas de exterminio, unos firmes subordinados dispuestos a cumplirlas, y hala, ya está montada.

Anónimo dijo...

Me parece recordar que lo que declaran siempre quienes son acusados de atrocidades de cualquier tipo es que "obedecían órdenes". Lo hicieron unos cuantos en Nurenberg y a partir de ahí parece haberse convertido en la disculpa favorita de quienes han entrado por méritos propios en la historia universal de la infamia. Es como si eso les disculpara en alguna medida.

 
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